9 mar 2010

La verdadera In.dependencia



LLORAN A LLORENTE

COM-ÚN FLORERO



“Sagrado no es en verdad más que el camino del cual se desconoce la meta y que se sigue sin embargo con obstinación, como nuestro deambular presente a través de la oscuridad y de los peligros, sin saber lo que nos espera. “

Stefan Zweig El candelabro enterrado


La historia de nuestra independencia se conoce más por el florero europeo que se rompe y no por la desobediencia emancipadora que logro reivindicar al oprimido contra el opresor; que sirvió de cantera, de sangre y lucha en pro de la libertad. La micro historia de los Galán-es (colectivo de creación), consiste en hacer del territorio, el espacio de la libertad y revelar el desmembramiento del cuerpo-paisaje de José Antonio Galán como traición del virreynato de la Nueva Granada y punto de quiebre en la historia de la emancipación. Todo ello si se quiere sucedió en el Gran Santander.


El desconocimiento del sentimiento colectivo del despertar de las luchas libertarias y la consecuente iconización oficial de personajes y acontecimientos han creado padres de la patria y hechos “heroicos” desde una oscura y parcializada lectura de la realidad, al parecer en nuestra historia “El Héroe no es colectivo”


La colectividad comunera es territorio del común, es todo un trabajo de opinión política popular de dialogo emancipador que se dio en la esfera de lo publico, en el mercado, en la plaza central, en las parcelas del campo, en la iglesia; en los lugares de la congregación generando una interacción donde los derechos tendían hacia una horizontalización del poder en la fundación de comunidad: un gran deseo de dispersión en búsqueda de la libertad perdida; donde lo importante es encontrar una nueva sociedad que haya superado las injusticias económicas y otros privilegios sociales.


Otro aspecto consiste en denunciar que los servidores de la patria quienes ya gozaban de los privilegios del poder, eran administradores en la prestación de servicios urbanos que constituyeron, en su momento, los pilares de construcción de la alterada comunidad y como herencia presente, son quienes nos gobiernan, desde hace doscientos años de emancipación y que han conducido al Estado a una permanente crisis interior y exterior; que se debate en la inserción desfavorable dentro de las macro políticas neoliberales que a la postre genera una gradual, parcial y total dependencia.


En la constitución de la nueva república se llevo a cabo un movimiento camaleónico y quienes servían como administradores del anterior Virreynato heredaron su continuidad gracias a la banalización y acomodo ideológico que desvirtuó la esencia y valor de la gesta emancipadora; llevando durante generaciones a la nación a un bloqueo sistémico de acceso a la participación y distribución del poder y riqueza.


Los que conducen a Galán a su desmembramiento y quienes redactan las capitulaciones pactadas en Zipaquirá; son herencia falaz donde se incuba la traición y banalidad de la historia oficial; sin embargo, las consecuencias desatadas después de perpetuado el magnicidio son dispositivos de dispersión libertaria que por los vientos diseminan su semilla. La flama libertaria no se desata en la frágil artimaña del florero, se debe a la avanzada del dialogo popular como dispositivo de poder y fuerza política que puso a tambalear las jerarquías políticas y espirituales como fuerzas de control social, impuestas bajo argumentos foráneos y oscurantistas.


La libertad propagada es suceso transitorio que fue alejando al pueblo de las posibilidades de incidir en los procesos de construcción de la nueva nación. Llorente es la trama que reivindica el centralismo y su poder; hasta hoy nada ha cambiado; por lo tanto, nuestra mirada no se queda en la visión historicista oficial, sino, que trata de hacer de la gesta emancipadora una mirada prospectiva y de cómo la libertad en el territorio de los sucesos no puede seguir estando mediada por la mentira, debe ser aun hoy un anhelo por concretar. Galán descuartizado es territorio desbordado, es paisaje - cuerpo y nos señala un territorio comunero. Comun-Eros es en adelante el escudo identitario y afectivo de un esfuerzo grande para construir Lugar- Hogar en estas tierras duras y agrestes.

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